sábado, 9 de abril de 2016

Brasil, Rio de Janeiro & Argentina, Buenos Aires. Abril 2016

AIRE


Separados por la distancia, con planes para el próximo reencuentro, sin fecha cierta ni lugar determinado. Sólo una ilusión entre cada café español que me dejaste y  los mates que bebes en mi calabaza.

Rutas y posibilidades de reencuentro, ahorro y pasajes negociados. Creatividad puesta a merced del objetivo en común. No importa dónde, cuando, ni cómo nos veremos. Cada oportunidad es una chance. 

Mi trabajo, tu trabajo, mi beca, tu proyecto. Algo nos permitirá vernos una vez más y aunque no muchos kilómetros nos separan, las horas sin hablar se convierten en espacios de reflexión y añoranza; somos fuertes, pero sensibles. Los días marcan en nuestro calendario una meta en común: seguir recorriendo el mundo juntos.


Ya casi termino tu libro. Las fotos de las playas que me envías, mi ambición por viajar y el fanatismo por el mar, me hace sentir que estoy viviendo tus experiencias. Nos imaginamos bajo las estrellas. 

Descubro que tu mirada es mucho más que lo que puede significar para un lector que no te conoce. Te veo, te siento y percibo desde tu narrativa. Entender como sentirías el amor cuando lo conocieras y tu analogía simbólica aplicada en un personaje de los últimos capítulos donde casualmente, aparece también el amor, una vez más: representado con una flor. 

Sí, te empecé a descubrir. Cuando los deseos se convierten en hechos cercanos, cuando la mujer que sueñas está presente en tus días. Cuando me haces sentir que soy parte de la vida que imaginaste.



Esta es la foto que tomaste en Iguazú.


1 comentario:

  1. Hoy regresaba de la Praia do Sono. Había visto a una pareja de sexagenarios viajeros, que caminaban dados de la mano. Él había hecho una broma y ella reía muchísimo. Se veía la felicidad en sus rostros y yo nos vi. Praia do Sono. Agua. Sueños.

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