sábado, 9 de abril de 2016

Argentina, Buenos Aires. Febrero 2016

Año nuevo Chino, año del mono… encuentro entre culturas. En medio del corazón del barrio de Belgrano, después de una cita en el Museo de Arte Español... entre miradas y recuerdos recientes del viaje compartimos la festividad de un año nuevo que comenzaba para nosotros, entre danzas típicas y ritmos orientales nuestros labios se unieron en la más dulce experiencia de amor. Un beso eterno que aún recuerdo su sabor. En ese momento el mundo desapareció y sólo me encontré con tu mirada en la mía.

Lo que comenzó en la tarde, siguió en la noche con la promesa de un nuevo encuentro donde el fuego se apagaría amando a nuestras almas en un espacio más íntimo, sintiendo el calor del otro por unas horas, y hasta la mañana siguiente.

Los planes habían cambiado… el viaje no había sido sólo una recuerdo. Nos sorprendimos entendiendo que no era sólo un simple deseo y que no era una casualidad habernos conocido. Las tardes en Bs As fueron excusas para volver a vernos una y otra vez…

Mi vida había cambiado, ya mi libertad de trabajar estaba alineada con la de mi propósito en la vida. Viajar juntos disfrutando de lo que más nos gusta hacer, cambiar el mundo con nuestras profesiones. Un granito idealista en un paisaje distinto cada vez, compartiendo experiencias para luego vivir apasionadamente cada día, creyendo en las oportunidades y sintiendo que una vez más, todo lo que crees que está planeado puede sorprenderte.



Cuando conocí tu mirada:

Llegó el día que recibí tu libro, dedicado por quien abre su corazón comencé a entender mucho más de lo que me decían tus ojos. Tus pensamientos, tus experiencias tus deseos están a flor de piel… la inocencia de un amor que descubrirías pronto estaba escrita cual premonición en un manuscrito secreto. Me has abierto la llave a tu corazón.




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